En esta página de la plataforma de divulgación «La Comarca Científica» tratamos de definir qué es el negacionismo, cuál es su origen y qué tipo de negacionismos podemos encontrarnos.
¿Qué es el Negacionismo?
El negacionismo es una postura ideológica caracterizada por la negación o rechazo de hechos y realidades que cuentan con una base científica sólida. A pesar de que en muchos casos existe un consenso entre la comunidad científica o académica, los negacionistas desacreditan estas realidades, adoptando narrativas alternativas sin fundamento o con interpretaciones sesgadas. Este fenómeno, que ha existido por siglos, ha encontrado en la era digital un terreno fértil para expandirse, aprovechando la viralidad de las redes sociales y la facilidad con la que se puede difundir contenido falso.
Origen del Negacionismo
Un fenómeno antiguo, amplificado en la era digital
El negacionismo no es un fenómeno nuevo. Desde la negación de descubrimientos científicos hasta el rechazo de eventos históricos, la humanidad ha presenciado este tipo de posturas durante siglos. Sin embargo, el auge de las redes sociales y el acceso instantáneo a información no verificada han permitido que estos discursos se amplifiquen. En la actualidad, plataformas como Facebook, X (antiguo Twitter), YouTube, TikTok y otras redes sociales permiten que las teorías sin base empírica lleguen rápidamente a un público masivo y sin restricciones, generando un aumento en el alcance de estos discursos y afectando especialmente a aquellos que no cuentan con herramientas para evaluar la veracidad de la información.
El auge del Negacionismo durante la pandemia de COVID-19
La pandemia de COVID-19 fue un terreno fértil para el negacionismo. En un contexto de incertidumbre y temor, se hizo evidente la desconfianza hacia las instituciones y hacia la ciencia. Uno de los aspectos más notables del negacionismo pandémico fue el movimiento antivacunas, donde diversos grupos se dedicaron a desacreditar la eficacia y seguridad de las vacunas, basándose en teorías infundadas y rumores sin pruebas científicas. Estos mensajes, difundidos en redes sociales y amplificados en las cadenas de televisión con falsos debates entre científicos y negacionistas científicos, calaron en sectores de la sociedad que, pese a la evidencia científica, prefirieron creer en la idea de una conspiración a gran escala, liderada por gobiernos y empresas farmacéuticas. Esto tuvo repercusiones en la salud pública, dificultando el proceso de vacunación en algunos países y aumentando el riesgo de contagio y la mortalidad.
Además del rechazo a las vacunas, durante la pandemia se difundieron teorías que sostenían que el virus fue creado como un arma biológica o que su existencia era una farsa llamándola plandemia. Estas teorías conspirativas, impulsadas en el caso español por personas como Miguel Bosé o Beatriz Talegón, que carecían de pruebas y eran desacreditadas por expertos en salud, encontraron en las redes sociales y en algunos medios de comunicación una plataforma que les permitió propagarse rápidamente.
Relación entre el Negacionismo, las Fake News y la Desinformación
El papel de los medios tradicionales y las redes sociales
La relación entre el negacionismo, las fake news (noticias falsas) y la desinformación es directa. A través de noticias falsas, tanto medios tradicionales como digitales han jugado un papel crucial en la propagación de ideas sin fundamento. Programas como Cuarto Milenio de Iker Jiménez y periódicos como Okdiario de Eduardo Inda han sido señalados por difundir teorías sin verificación, que confunden a la audiencia y refuerzan ideas negacionistas. Esto es particularmente problemático en temas científicos, donde el sensacionalismo de ciertos medios promueve una visión distorsionada de la realidad.
Por otro lado, las redes sociales y los foros se han convertido en el canal predilecto para la difusión de teorías conspirativas. Cuentas anónimas o perfiles influyentes han compartido información falsa o incompleta, facilitando que muchos usuarios accedan a contenidos que generan desconfianza hacia la ciencia y las instituciones. Este fenómeno es aún más preocupante cuando estas teorías son difundidas por figuras públicas o celebridades, quienes cuentan con una gran cantidad de seguidores y gozan de credibilidad en ciertos grupos.
Teorías de la Conspiración: Ejemplos y Expansión
¿Qué son las teorías de la conspiración?
Las teorías de la conspiración también son un elemento a tener en cuentra dentro del universo negacionista. Estas teorias son narrativas que plantean que ciertos eventos han sido manipulados o provocados por grupos poderosos en secreto, con intenciones ocultas. Suelen jugar con los temores de la gente y aprovechar la desconfianza que existe hacia instituciones y gobiernos, sugiriendo que las autoridades ocultan la “verdadera” versión de los hechos. Aunque estas teorías carecen de pruebas concretas, su capacidad para atrapar la atención del público es alta haciendo que quiénes la crean se sientan especiales y “despiertos” y en muchos casos pueden llegar a arraigarse en varios sectores de la sociedad.
Ejemplos de teorías de la conspiración
Un ejemplo común de teoría de la conspiración es la “Teoría del Gran Reemplazo”. Esta teoría sostiene que existe un plan oculto para sustituir a la población de origen europeo por inmigrantes de otras partes del mundo, especialmente de origen musulmán. Sin fundamento alguno, ni geográfico ni demográfico, esta teoría ha sido utilizada para sembrar miedo y avivar el racismo, particularmente en Europa y Estados Unidos. Esta narrativa refuerza el rechazo a la inmigración y fomenta el odio hacia los inmigrantes.
Otro caso es la teoría de la conspiración en torno al atentado del 11M en Madrid, en 2004. A pesar de que la investigación oficial concluyó que el ataque fue llevado a cabo por Al-Qaeda, liderada en aquellos años por Osama Bin Laden, algunos conspiranoicos sostienen que fue la banda terrorista ETA quien realizó el atentado, una teoría impulsada por el gobierno español de aquellos años, liderado por José María Aznar, con el fin de manipular las elecciones que tendrían lugar pocos días después. Esta teoría persiste a día de hoy a pesar de la falta de pruebas y la sostienen personalidades vinculadas a la extrema derecha como el influencer Rubén Gisbert o el periodista Federico Jiménez Losantos.
Tipos de Negacionismo
Negacionismo de Género y de la Violencia de Género
El negacionismo de género niega la existencia de desigualdades estructurales entre géneros y minimiza o desestima la violencia de género y sus víctimas. Este tipo de negacionismo es cada vez más común en la sociedad actual, y su auge se ha visto alimentado por el antifeminismo y los lobbies anti-LGTBI+. En su libro Negacionisme de gènere. Auge, expansió i mites de l’antifemisme, el sociólogo valenciano Alexis Lara aborda este fenómeno, señalando que el negacionismo de género ignora que las personas son algo más que su sexo biológico y que constituyen su identidad socialmente. Esta postura negacionista no solo desinforma, sino que también perpetúa y reproduce problemas sociales vinculados a la igualdad que afectan a millones de personas en todo el mundo. El negacionismo de género está promocionado por potentes lobbies internacionales que cuentan con recursos económicos, mediáticos y políticos y que en muchas ocasiones se vinculan a grupos ultracatólicos y a sectas secretas como el Yunque. El periodista Miquel Ramos, quien recomendaba el libro de Alexis Lara en su segunda edición, habla de ello en su pòdcast Dios, Patria y Yunque.
Negacionismo del Cambio Climático
A pesar de la abundante evidencia científica sobre el cambio climático, el negacionismo en torno a este fenómeno es un problema recurrente. Este tipo de negacionismo sostiene que el cambio climático es un fenómeno natural o que no existe, desacreditando el rol de la actividad humana en el calentamiento global. Muchos negacionistas del cambio climático tienen vínculos con industrias como la petrolera o el carbón, y promueven esta postura para proteger sus intereses económicos. Este negacionismo es peligroso, pues obstaculiza la implementación de políticas medioambientales necesarias para mitigar el impacto del cambio climático. Durante el fenómeno meteorológico de la DANA que se produjo en las comarcas valencianas de l’Horta Sud, la Ribera Alta, la Foia de Bunyol-Xiva, la Serrania y la Plana d’Utiel-Requena, multitud de negacionistas climáticos salieron a flote con teorías conspiranoicas recurrentes como los chemtrails o la geoingeniería.
Negacionismo Histórico
El negacionismo histórico se refiere a la negación de eventos documentados en la historia, como el Holocausto. En su libro “Memorias de un exnazi: Veinte años en la extrema derecha española”, David Saavedra explica cómo funciona este negacionismo histórico en los grupos neonazis españoles y cómo niegan que el Holocausto sucediera llamándolo Holocuento. Los negacionistas del Holocausto sostienen que este genocidio nunca ocurrió o que su magnitud ha sido exagerada, negando así el asesinato sistemático de millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Este tipo de negacionismo fomenta el odio y la discriminación, y está prohibido en varios países debido a su potencial para incitar al antisemitismo, el antigitanismo, la homofobia, el racismo y a otros crímenes de odio.
Negacionismo Antivacunas
El negacionismo antivacunas promueve la idea de que las vacunas son peligrosas y que causan efectos secundarios graves. A pesar de que la vacunación ha erradicado o controlado enfermedades mortales, el movimiento antivacunas ha ganado terreno en los últimos años tras la pandemia de COVID-19. Esta postura representa un riesgo para la salud pública, ya que favorece la propagación de enfermedades prevenibles en comunidades que rechazan la vacunación y dificultan las tareas de inmunización de las sociedades, dando paso incluso al colapso del sistema sanitario en algunos países.
Negacionismo Político: Desafección, Antipolítica y Banalización de la Corrupción
El negacionismo político se refiere a una postura que niega o rechaza la política como herramienta eficaz para el cambio social, la transformación y el progreso. Esta postura no se limita simplemente a una desafección o desilusión con los líderes políticos actuales, sino que también representa una deslegitimación de las instituciones y procesos democráticos en su conjunto. En este contexto, el discurso que sostiene que “todos los políticos son iguales” o “todos roban” se convierte en una narrativa simplista que socava el papel de la política como vehículo de cambio, desestimulando la participación ciudadana y promoviendo el desencanto.
Desafección y Antipolítica: ¿Por qué se niega la utilidad de la política?
La desafección política, caracterizada por la falta de interés y confianza en el sistema político, surge a menudo de la percepción de que las instituciones no responden a las necesidades de la ciudadanía o que están corrompidas por intereses particulares. En lugar de ver la política como un medio para solucionar problemas sociales, los individuos que adoptan esta postura tienden a ver el sistema como una estructura inamovible, dominada por personas corruptas e incompetentes. Esto desemboca en una actitud antipolítica, donde se promueve el rechazo a toda forma de gobierno y liderazgo político, y se reduce la política a una serie de estrategias y ambiciones personales en lugar de una búsqueda de bienestar colectivo.
Este rechazo tiene un fuerte impacto en la democracia, ya que desencadena una creciente apatía y desinterés en los procesos de participación ciudadana, como el voto o el asociacionismo. Cuando se pierde la fe en la política, la implicación en la vida pública también disminuye, y se abre la puerta a la manipulación de la opinión pública por parte de actores que buscan desmovilizar a ciertos sectores de la población.
Estrategias de Manipulación y Banalización de la Corrupción
Una de las consecuencias más graves del negacionismo político es la banalización de la corrupción. Esta postura implica que la corrupción se percibe como una realidad inevitable e inherente a cualquier estructura de poder, minimizando así su impacto y normalizándola ante la sociedad. En algunos casos, esta visión es alentada de manera intencional por ciertos grupos o líderes políticos que desean reducir el escrutinio de sus propias acciones corruptas, amparándose en la creencia de que “todos los políticos son corruptos”. Así, se fomenta una aceptación pasiva de la corrupción, debilitando los mecanismos de control y rendición de cuentas.
Este fenómeno tiene un efecto paralizante en la sociedad, pues al asumir que la corrupción es inevitable, se reduce la motivación para combatirla. Además, se utiliza como herramienta de manipulación para fomentar el abstencionismo electoral entre ciertos sectores de la población. Al promover la idea de que “nada cambia” y que “todos los partidos son iguales”, se busca desalentar el voto en segmentos de la sociedad que tradicionalmente podrían ejercer presión para cambios progresivos o reformas sociales. Esta estrategia se convierte en una forma de control que permite perpetuar ciertas estructuras de poder sin oposición significativa.
La Cultura del “Todos son Iguales”: El Desgaste de la Democracia
El mantra de que “todos los políticos son iguales” es una simplificación que favorece una cultura de negación de la diversidad de opciones políticas y del potencial transformador de la democracia. Esta percepción ignora las diferencias ideológicas, las propuestas específicas de cada partido y la existencia de alternativas que podrían mejorar la situación política y social de un país. Al promover esta visión de homogeneidad en la política, se fomenta el desencanto y se debilita la idea de que el voto y la participación ciudadana tienen valor.
Cuando se extiende la creencia de que ningún partido puede representar a la ciudadanía o defender sus intereses, se produce un fenómeno de antipolítica que no solo amenaza el sistema democrático, sino que también reduce la capacidad de los ciudadanos para expresar sus demandas y aspiraciones. Así, el negacionismo político contribuye a deslegitimar la democracia, fomentando la apatía y el distanciamiento en vez de la participación activa.
Consecuencias del Negacionismo Político en la Participación Ciudadana
La falta de confianza en el sistema político y la idea de que “la política no sirve para nada” generan una disminución en la participación ciudadana, tanto en las urnas como en la vida pública en general. Esto tiene consecuencias serias, ya que reduce la representatividad de los gobiernos y aumenta el riesgo de que grupos con ideología autoritaria ganen poder de manera desproporcionada.
Además, el negacionismo político puede abrir la puerta a líderes populistas o autoritarios que se aprovechan del descontento generalizado. Al presentarse como “salvadores” o figuras ajenas a la política tradicional, estos líderes proponen soluciones simplistas a problemas complejos y explotan el sentimiento de desesperanza para ganar popularidad, a menudo prometiendo una ruptura con el sistema democrático. Sin embargo, esto rara vez conduce a un cambio positivo y sostenible; por el contrario, suele desembocar en la concentración de poder y en la erosión de derechos democráticos.
Negacionismo de la Ciencia en General
El negacionismo científico engloba una variedad de posturas que rechazan conocimientos ampliamente aceptados en distintas disciplinas, incluyendo la biología y las ciencias sociales. Un ejemplo es la negación de la física o la meteorología, pero también de la sociología cuando observamos el rechazo de estudios que abordan problemas estructurales en la sociedad. Este tipo de negacionismo entorpece el avance de la ciencia y dificulta la comprensión de temas complejos que requieren soluciones basadas en evidencia.
Negacionismo y Teorías Conspirativas en la Crisis de la DANA en València
La crisis de la DANA en València durante noviembre de 2024 —una tormenta que causó inundaciones y graves daños— también ha sido objeto de teorías conspirativas. Algunos sectores han vinculado estos fenómenos meteorológicos extremos con teorías sobre la “manipulación del clima”. Según estas teorías, existen grupos o gobiernos que utilizan tecnologías avanzadas para manipular el clima, generando tormentas o alterando las condiciones meteorológicas con fines ocultos. A pesar de que no existen pruebas que respalden esta teoría, los defensores de la “manipulación climática” afirman que eventos como la DANA en València son parte de un supuesto plan para causar daños o para justificar políticas ambientales restrictivas. También apuntan a la Agenda 2030, una serie de recomendaciones para erradicar la pobreza o acabar con un calentamiento global que la comunidad científica ya ha demostrado y cifrado desde hace décadas. Esta teoría de la “manipulación climática” contribuye a la confusión y a la desconfianza hacia las autoridades científicas como la AEMET española, desviando la atención de las causas reales de estos fenómenos meteorológicos extremos.
Por otro lado, también han surgido teorías que niegan la relación entre estos eventos y el cambio climático. Aunque los científicos han documentado que el calentamiento global aumenta la frecuencia e intensidad de tormentas e inundaciones, algunos sectores niegan este vínculo, afirmando que se trata de fenómenos naturales que han ocurrido siempre y que no guardan relación con la actividad humana. Este tipo de negacionismo climático impide que se tomen medidas para abordar las causas del cambio climático y refuerza la idea de que los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono son innecesarios.
La Responsabilidad de los Medios y la Educación en el Combate al Negacionismo
El rol de los medios de comunicación
Dado que el negacionismo y las teorías conspirativas suelen alimentarse de desinformación, es esencial que los medios de comunicación desempeñen un papel responsable. En lugar de promover sensacionalismo o falsos debates entre ciencia y anticiencia, los medios deberían centrarse en informar con rigor y en verificar la veracidad de las noticias antes de su publicación. Además, los medios deben ser conscientes de su poder para moldear la opinión pública y, por lo tanto, tienen la obligación de evitar dar voz a teorías sin fundamento que podrían causar daño a la sociedad. En España, el derecho a la información veraz está recogido por la Constitución en el artículo 20 de la misma: A comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión.
La importancia de la educación en pensamiento crítico
La educación es otra herramienta fundamental para combatir el negacionismo y la difusión de teorías conspirativas. Enseñar a las personas a cuestionar la información que reciben y a buscar fuentes confiables es crucial en un mundo donde la desinformación abunda. La educación en pensamiento crítico desde una edad temprana ayuda a los individuos a desarrollar la capacidad de discernir entre hechos y opiniones, así como a reconocer la importancia de la evidencia científica en la formación de sus creencias.
Conclusión
El negacionismo y las teorías de la conspiración representan un desafío importante en la era de la información, donde la facilidad de acceso y difusión de contenido permite que las noticias falsas se esparzan con rapidez. Desde la negación del cambio climático hasta la propagación de teorías conspirativas sobre la pandemia o la manipulación climática, estas posturas generan desconfianza en la ciencia, en las instituciones y en la sociedad en general. Combatir el negacionismo requiere un esfuerzo conjunto de los medios de comunicación, la educación y las plataformas digitales para fomentar una cultura de veracidad y pensamiento crítico. Sólo así podremos construir una sociedad mejor informada, capaz de enfrentar los retos actuales con una base sólida de conocimiento científico y confianza en los hechos.
Pingback: Negacionismo político | ¿Una estrategia electoral y política?